Las lentillas representan una excelente solución para que las personas disfruten de las actividades deportivas sin tener que llevar más gafas que las de sol, para protegerse de los rayos UV.
Hoy en día, prácticamente todos los problemas visuales se pueden corregir con lentillas, desde la miopía, el astigmatismo, la presbicia o la hipermetropía.
Existe entre la población un gran desconocimiento de las múltiples soluciones que la ciencia óptica optométrica ofrece a disfunciones visuales en todas las edades: lentes infantiles, lentillas para présbitas o técnicas como la ortoqueratología y el control de la miopía.
Esta falta de información está obligando a muchas personas con problemas visuales a abandonar sus actividades preferidas por la incomodidad que puede llegar a ser llevar puestas unas gafas que resbalan con el sudor, se pueden caer y suelen reducir el campo visual del deportista.
En términos generales, el 50% de la población tiene problemas visuales pero solo 2,5 millones de personas utilizan lentillas por motivos estéticos, porque aportan seguridad al usuario o porque mejoran su visión; solo el 8,7% lo hace para practicar deporte, cuando sus beneficios están más que probados. Además, hoy en día todavía muchas personas siguen teniendo miedo a su uso o prefieren eliminar ciertas actividades de su vida antes de iniciarse a probar las lentillas.
La optometría deportiva se ha desarrollado mucho, ofreciendo técnicas que abren camino a potenciar la función visual incrementando el rendimiento deportivo.
Las lentillas proporcionan mayor visión que la que se obtiene con las ojeras graduadas.
La realidad es que proporcionan mayor campo visual porque precisamente se adaptan sobre la superficie de la córnea del paciente. Lógicamente, esto supondrá una mejora, no solo de la visión durante la práctica de actividades al aire libre. Además, proporcionarán un cambio a nivel estético, incluso proporcionarán la comodidad y el confort que se puede estar buscando.
Es muy importante respetar el mantenimiento e higiene de las lentillas.
Con las lentillas de uso diario, su mantenimiento implica utilizarlas como máximo 12 horas y después desecharlas.
Con las lentillas mensuales, quincenales o anuales, para su mantenimiento será necesario utilizar adecuadamente los líquidos de limpieza.
Un largo periodo de uso puede incrementar el riesgo de infección ocular en los ojos.