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En Óptica Balear siempre nos ha gustado tener controlada la calidad de nuestros productos para asegurarnos de que son los mejores que podemos ofrecer a nuestros clientes. Por eso hacemos visitas a los centros de producción y comprobamos que lo que nos cuentan la marcas se ajusta a la realidad. En esta ocasión, fue la marca, Silhouette la que nos invitó a visitar la sede.

La fábrica, fundada por la familia Schmied hace más de 50 años en Linz (Austria), superó todas nuestras expectativas. Nos sorprendió la pulcritud, el orden, el respeto al medio ambiente y el cariño con el que sus empleados (más de 800) cuidan todos y cada uno de los detalles. Con esfuerzo consiguen excelencia. Pudimos ver todo el proceso productivo, desde el diseño o la elección de colores hasta los problemas técnicos y de comodidad de las piezas. Ellos mismos son los que compran los metales necesarios para fabricar sus propias aleaciones, así como un tipo de plástico exclusivo de Silhouette. Controlan el proceso de producción de cada pieza mediante una mirada exigente.

El proceso de lacado y coloreado

Las piezas se pasan entre 4 y 24 horas vibradas dentro de bombos con piezas de cerámica y agua para después mezclarse con cáscaras de avellana capoladas y minuciosamente retocadas a mano. El montaje se hace una por una y con mucho cuidado. Así es como Silhouette consigue unas gafas casi perfectas en cualquiera de sus variantes: las clásicas, las Adidas, las mejores gafas técnicas para deporte, y las Neubau, de aspecto más juvenil.

Con esta visita se han ganado todavía más nuestra confianza y se han reafirmado como un producto de gran calidad.