Relación entre visión y conducción

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La conducción de vehículos y todo tipo de maquinaria pesada es un acto difícil y peligroso en el que entran en juego múltiples factores, siendo la vista el más importante de todos. El 90% de la información que obtenemos mientras conducimos llega a través de la visión, por lo que es obvio que las condiciones visuales son extremadamente influyentes para un buen desarrollo como conductor, y guardan relación con la accidentalidad por fallo humano.

A la hora de la conducción es necesaria una visión de calidad, la cual viene definida por un correcto equilibrio entre los distintos aspectos que integran la función visual: agudeza visual, visión de profundidad, campo visual, adaptación a los cambios luminosos, visión de colores y movilidad ocular. Todas las alteraciones oculares o enfermedades que signifiquen una disminución o la falta de uno o más de estos aspectos dará lugar a una visión más pobre y de inferior calidad. Estos conductores pueden tener más conflicto en el momento de calcular distancias, la velocidad entre automóviles y a la hora de conducir bajo condiciones complicadas (tanto climatológicas, como de fatiga y/o conducción nocturna).

¿Hasta qué edad se puede conducir un automóvil en función de la visión?
Se estima que el envejecimiento visual comienza a manifestarse a partir de los 45 años y alcanza niveles de importancia a partir de los 65 (disminución de la agudeza visual, de la visión de profundidad, se reduce el campo visual, se hace más complicada la adaptación a la oscuridad, hay una mayor sensibilidad al deslumbramiento, más problemas para conducir por la noche y se requiere de una mayor intensidad de luz para ver correctamente). Además, con la edad, pueden surgir alteraciones o enfermedades visuales (y otro tipo de patologías que indirectamente afectan a la visión).

Las enfermedades oculares (como el glaucoma, las cataratas, las retinopatías, etc.) o las patologías que producen mermas en la visión (diabetes o hipertensión arterial) no conllevan siempre la pérdida del carnet, en función del estado y del control de la enfermedad. Sin embargo, hay ocasiones en las que estas dolencias pueden evolucionar hacia la ceguera. Solo el control periódico por parte de médicos u ópticos-optometristas especializados podrá detectar a tiempo cualquier alteración y poder efectuarse el tratamiento adecuado para ralentizar o incluso revertir la enfermedad. Es fácil percibir aquellas ocasiones en las que la pérdida de la visión es repentina, pero la pérdida progresiva no, puede pasar desapercibida y ser demasiado tarde cuando se detecte.

¿Cuáles son los riesgos de la conducción nocturna?Los accidentes que revisten mayor gravedad e implican a un mayor número de pasajeros suelen ocurrir en un mayor porcentaje durante la conducción nocturna. Esto significa que la conducción nocturna requiere tener mejor visión y que ésta sea de buena calidad. La agudeza visual en condiciones de poca luz baja hasta niveles de un 20%, lo cual se ve agravado si se presenta alguna alteración visual añadida (miopías severas, retinopatías, cataratas,glaucoma, etc.)

¿Cómo influye la fatiga ocular en la conducción?
El cansancio ocular está relacionado con los defectos de refracción visual (miopía, hipermetropía y sobre todo en el de tipo astigmático), así como con los trastornos de la movilidad ocular (estrabismo, forias, nistagmus, etc.), con la sequedad ocular que se hace patente tras un tiempo prolongado de conducción, con la velocidad alta, con la conducción nocturna, tráfico intenso y con el consumo de tabaco, alcohol, medicamentos y drogas. Se manifiesta por visión borrosa, lagrimeo, fatiga, fotofobia, visión doble, dolor ocular, sensación de arenilla, sequedad, rojez, sensación de quemazón, pesadez. Todo ello acompañado en ocasiones por dolor de cabeza, náuseas, vértigo.

¿Cómo debo cuidar mi vista de cara a una conducción segura?

  • No espere a que le caduque el permiso de conducir para revisarse la vista. En Òptica Balear puede solicitar una revisión de su vista para obtener su certificado de conductor apto sin problemas.
  • Si usas gafas graduadas, lleve siempre la graduación correcta, los cristales limpios y sin rayaduras, un par gafas de repuesto obligatorio en el coche y revise su vista cada año por parte de su oftalmólogo. Que tenga pocas dioptrías no significa que no las necesite para conducir de una manera 100% segura.
  • Use gafas de sol para protegerse de los rayos solares. Cómprelas en establecimientos especializados como cualquiera de las instalaciones de las que dispone Òptica Balear en Mallorca. Asegúrese que dichas gafas no tengan un grado de filtro demasiado elevado ya que sino, en penumbra o en un túnel, no tendrá buena visión. El color gris sirve para todos los conductores, el verde preferentemente para hipermétropes y el marrón para miopes o personas sin defecto visual.
  • Si tiene alguna alteración o enfermedad visual (como una agudeza visual inferior a la normal ‘límite’, cataratas, glaucoma, alteraciones retinianas), procure conducir por autopistas o autovías, aumente la distancia de seguridad, disminuya la velocidad, procure no hacer viajes largos, descanse cada hora de viaje y procure no conducir en situaciones con escasa luminosidad (amanecer, anochecer o durante la noche).
  • Realícese revisiones oftalmológicas en centros especializados que le den una seguridad total en sus diagnósticos.
  • Si observa cambios visuales (como visión borrosa, ver mejor de cerca que antes, ver mejor sin las gafas, un cansancio visual mayor de lo habitual, mayor sensación de deslumbramiento por la noche, visión de “aros luminosos” alrededor de los faros de los coches, hágase revisar la vista por un oftalmólogo.
  • Si ha sido operado de astigmatismo, miopía, hipermetropía, cataratas, glaucoma, etc., no conduzca hasta que su oftalmólogo se lo indique y evite conducir durante largos periodos de tiempo por la noche.
  • Aquellos conductores que sufren trastornos en la visión de color deben aumentar las precauciones en caso de factores climatológicos adversos y aumentar la distancia de seguridad ya que pueden no percibir bien las luces traseras de frenado, sobre todo si son muy oscuras o están sucias. También pueden alterar la percepción de color los gases de la combustión del motor, exceso de alcohol y tabaco, algunos medicamentos y drogas.
  • Prevea la fatiga ocular aumentando el ritmo de parpadeo, sobre todo si usa lentes de contacto. Use el aire acondicionado con moderación. Evite las corrientes de aire de las ventanas. Es recomendable que no fume dentro del coche. Evite conducir de noche, con tráfico intenso y situaciones estresantes. Evite conducir sin gafas de sol en días muy soleados o en zonas de playa o de nieve. Si siente la necesidad de frotarse los ojos o de cerrarlos para que le descansen, pare el coche y descanse o duerma un rato.
  • Evite lo máximo posible la conducción nocturna sobre todo si sufre de glaucoma y si tiene más de 65 años, miopía, cataratas o después de ser operado de problemas visuales y durante un tiempo facultativo. Los parabrisas teñidos y la utilización de gafas coloreadas son perjudiciales para la función visual durante la conducción nocturna. Lleve los faros bien nivelados y limpios. Si conduce habitualmente de noche o tiene más de 60 años aumente el consumo de vitamina A en su dieta (zanahoria, naranjas, mandarinas, lechuga, espinacas, melón, plátanos, pescado y aceite de maíz, etc.)
  • Para evitar el deslumbramiento lleve limpio y sin rayaduras el parabrisas y las gafas (en caso de que las utilice).
  • Conduzca a la velocidad adecuada. La velocidad disminuye el campo visual considerablemente (se estrecha), precisa de mayor atención y concentración y aparece antes la fatiga ocular y el cansancio.