A pesar del impacto que puede tener una mala salud visual en el desarrollo y aprendizaje infantil, las estimaciones indican que uno de cada cinco niños o niñas pueden tener un problema visual no detectado. En torno a un 20% de jóvenes en España tienen miopía, y se calcula que en 2050 la mitad de la población será miope, por lo tanto la posibilidad de que un niño la desarrolle en algún momento es elevada.

Resulta evidente que las capacidades para entender un texto disminuyen si hay una visión deficiente. Pues el Ministerio de Educación estima que uno de cada tres casos de fracaso escolar está directamente relacionado con un defecto en la visión.

Nosotros nos preguntamos: ¿Cómo puede ser que tantos de niños tengan una visión deficiente y no hayan acudido al especialista?

Tenemos que disipar la idea de que se trate de una irresponsabilidad de padres y madres, puesto que lo más probable es que ni siquiera sospechen que existen problemas visuales. Por esta razón es importante:

  • Observar cuál es la distancia de lectura o para ver la televisión a que suelen utilizar habitualmente.
  • Detectar si hay falta de comprensión de lo que han leído, o si sufren fatiga visual cuando están sometidos a estímulos visuales.
  • Si acostumbran a tener hiperactividad ya estén en las clases o en casa. Comprobar si son capaces de prestar atención.
  • Vigilar si se frotan mucho los ojos o si es lloran.
  • Ver si entornan los ojos cuando miran a lo lejos.
  • Prestar atención si tienen dolor de cabeza repetidamente.

Teniendo en cuenta los datos, es importante que padres, madres y profesores presten atención a estos puntos durante el desarrollo de los niños y niñas para evitar que el fracaso escolar se produzca por una causa evitable. Siempre que se detecte uno de los puntos comentados sería conveniente adelantar la cita para revisar la visión de los niños en edad de escolarización.

Por otro lado, la prevención juega un papel muy importante. ¿Cuándo debe realizarse la primera revisión? ¿Y cada cuánto se tiene que revisar la salud ocular de los niños?

Resulta difícil definir la edad idónea para llevar a cabo la primera revisión oftalmológica. Ahora bien, si no se aprecia ningún comportamiento o signo que se salga de lo común (como podría ser una desviación de los ojos), existe cierto consenso entre la comunidad oftalmológica que aconseja que sea a los 4 años. A partir de entonces, dependerá de las conclusiones del primer examen oftalmológico. Si todo está en orden y no se aprecia ningún comportamiento que llame la atención, se aconsejará someterse a revisiones periódicas cada año hasta los 20 años, cuando si todo sigue en orden, pasarán a ser bianuales.